Es
superstición herética creer en esas
mujeres malvadas que aseguran volar a lomos de ciertas bestias junto a la diosa
pagana Diana en mitad de la noche y recorrer volando vastas extensiones de
tierra. Canon Episcopi (siglo X).
En Brujería tradicional la escoba es
símbolo del vuelo espiritual, del viaje entre los mundos una vez hemos cruzado
el cerco. Es símbolo de purificación y renacimiento. Muchas representaciones y rituales
de máscaras llevan en el séquito a un hombre o una mujer portando una escoba.
Existían y existen ungüentos hechos con
determinadas plantas que, aplicados en ciertas zonas del cuerpo, producen un
viaje místico que es conocido como “El Viaje al Sabbat”. Este tipo de hierbas
contienen una sustancia llamada atropina, un poderoso alcaloide que provoca
viajes alucinógenos. La belladona, la raíz de mandrágora, la datura, el beleño, el estramonio, el eléboro, el Bálsamo de Galaad, etc. Plantas que nunca han de ingerirse pero que sí
se pueden aplicar, con precaución, sobre la piel.
Se han dicho muchas tonterías al
respecto. Como forma anecdótica diré que hay autores, por supuesto ajenos a la
brujería y muy dados a meterse en camisas de once varas y escribir de oídas, que
aseguran que el palo que llevamos los brujos tenía y tiene el fin de ser untado
con estos ungüentos y después ser introducido en nuestra vagina y otras partes
pudendas para que el bálsamo hiciese más efecto. Hilarante como poco. Allá ellos
con su afligida estupidez.
El Palo o el Stang proviene de los
albores de los tiempos. Hunden su raíz, como los vuelos brujiles, en el
chamanismo más antiguo. Están basados en la creencia chamánica de inducir
transformaciones que le dan a una persona el poder de volar. En muchísimas
culturas primitivas los chamanes se transforman en pájaros y otros animales. Vuelan
por los aires a la espalda de otras criaturas, como por ejemplo gansos, y sobre
todo vuelan sobre palos mágicos como horcas (herramienta agrícola) y también,
como no, escobas.
La idea chamánica del “vuelo del
espíritu” se ha encapsulado en el folklore europeo en forma de vuelo sobre una
escoba. En Brujería tradicional la escoba simboliza la entrada al Otro Mundo,
al Mundo que se encuentra al otro lado del Cerco. Allá donde los brujos del
cerco viajamos.
Pero además la Escoba es una poderosa
herramienta utilizada en brujería tradicional y también en la Wicca. En Westfalia
las casas se barrían ritualmente con una escoba blanca decorada con cuernos de
vaca y que después del acto ritual era colgada sobre la puerta del establo con
el ánimo de proteger a los animales de entrada de virus y otros elementos no
deseados.
Ritualmente y según la tradición de la
Brujería Tradicional, el palo de la escoba ha de estar hecho de madera de
fresno, material que representa al elemento Aire. Las ramitas han de estar
hechas de abedul, representado a la Dama o a la Tierra y se usan ramas de sauce
para juntar las ramas de abedul, representando el elemento Agua ya que los
sauces crecen junto a los ríos. El Sauce es además símbolo lunar. No obstante, dependerá de tu tradición utilizar unos árboles u otros.
La escoba se utiliza para limpiar el
espacio que delimitamos para celebrar nuestros ritos mágicos, sean estos
invocaciones o hechizos. Con la escoba barremos simbólicamente el lugar
visualizando que una poderosa energía que emana de la escoba arrastra cualquier
residuo astral nocivo y lo echa fuera del Compás o Círculo Mágico donde, una
vez realizado este ritual de purificación, habremos de realizar nuestros
trabajos sin temor a interferencias indeseadas.
Podéis extender su uso a otras zonas de
la casa, sobre todo en la entrada, barriendo simbólicamente el lugar para
evitar que penetren en el hogar esas energías nocivas. Como forma de aumentar
la protección es bueno dejar una escoba detrás de la puerta principal para
proteger a los moradores de la casa o atravesarla en el suelo por las noches
para evitar ataques de energías negativas.
Un consejo: no usar nunca la misma
escoba que utilizáis para barrer la casa que la escoba usada de forma ritual. Incluso
os la podéis fabricar vosotros mismos cogiendo las ramitas y los palos caídos
por el campo. Los objetos mágicos mucho mejor cuando están recogidos o hechos
con nuestras propias manos. Su poder se incrementa mucho más.